Ya desde bien pequeña sabía que los números y el perfil técnico sería lo mío, aunque tras alguna decepción por haber idealizado el futuro, acabé estudiando Arquitectura Técnica, en la primera promoción de la adaptación a los Grados Bolonia que conocíamos comunmente.
Tras años de pelea de obra en obra, de presupuestos, licitaciones, facturas, pedidos, gestión de personas y muchas horas de dedicación, me planteé preparar las oposiones de Arquitectos Técnicos al servicio de la Hacienda Pública, con tan mala suerte que a los pocos meses de empezar la preparación el mundo se paralizó por la crisis sanitaria, pero para los que estabamos estudiando duro fue una gran ayuda dejar de rechazar planes sociales y pudimos focalizarnos en nuestro objetivo. Aprobé la plaza en la primera convocatoria y ando valorando bienes de urbana en Catastro encantada.
Además, la estabilidad laboral que ello ha conllevado, me está permitiendo seguir recorriendo mundo y seguir disfrutando de las actividades al aire libre que más me gustan.
Embarcarme en fomaciones que traten el ámbito social es un gran reto para una mente tan técnica como la mía, pero espero adquirir muchos conocimientos de interés durante el curso.
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