Me hubiese gustado decantarme por la segunda opción, más artística y creativa, pero el resultado seguramente hubiese sido bastante nefasto, así que poniendo un poco de imagen y color empiezo mi reflexión:
En el ámbito de nuestro trabajo, especialmente en puestos de atención al público, detectando y poniendo de manifiesto actitudes en las que se trate de forma no igualitaria a mujeres, incluso corrigiendo errores al habla de inclusión.
No obstante, en general, para que el sector público tomase mayor consciencia de igualdad, debería ser obligatorio pasar por estos cursos de Igualdad, periódicamente, y no únicamente para obtener certificados de aprovechamiento, si no realmente para que esto sea una tarea constante.
Además, los representantes de los trabajadores en cada oficina deberían superar cursos más profundizados en igualdad y asímismo, todos y todas, apoyar en cada elección sindical o política a representantes femeninas, con el objetivo de tener un escenario igualitario en la toma de decisiones, como ejemplo para las nuevas generaciones y el empoderamiento de las niñas y adolescentes.
Queda un trabajo largo, pero poco a poco, incluso en los descansos del café, intento dar puntos de vista a compañeros cerca de la jubilación que bien por el entorno en el que crecieron, o la educación recibida, tienen comentarios bastante desafortunados hacia mujeres o en relación a situaciones pasadas en las que se vieron afectadas mujeres y que, por suerte, el aire fresco de la gente joven a la AAPP también les hace reflexionar (espero).
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